Sampaoli asumió toda la culpa por la desastrosa presentación que tuvo Argentina frente a Croacia este jueves. Y es que la tiene. Contundente 0-3 que desnuda las carencias advertidas antes del Mundial de un equipo que solo tiene a Messi, pero que para redondear la tragedia tampoco aparece.
Y la pregunta que se hace todo el mundo es ¿dónde está el 10?. Estaba en el terreno pero absolutamente desconectado. En cierta medida por su tipo de juego y en gran medida por un técnico que no sabe usar ni al mejor del mundo, ni a los jugadores que pueda tener de compañeros que brillan en sus equipos, que compiten en altísimo nivel, pero que en la Selección Argentina son menos que pibes de medio pelo.
Sampaoli no encuentra como armar un equipo, primero porque actuaba bajo «consenso» con los pesos pesados, alineando a los históricos y quien sabe si tratando de hacer una transición que necesita el fútbol argentino. Luego porque al intentar armar su esquema, lo hace a medias sin incorporar a los nombres que debía y sin meterles el chip en la cabeza a sus dirigidos. Un fracaso adelantado por donde se le mire aunque aún hayan espacios para milagros matemáticos.
El partido…
Caballero inicia la catástrofe, y de que manera. Puesto en el once titular porque «es un jugador que sabe jugar con los pies», de un garrafal error de sus pies llegó el primer gol de Croacia: regalo y te cobro. En un Mundial no se puede errar de esa forma.
A partir de allí Argentina no se recuperó. Si bien sería injusto decir que individualmente no lo intentaron, tácticamente estaban perdidos, llegando al área contraria sin mayor peligro y solo a través del desarrollo de habilidades particulares, ubicándose entre ellos, casi como si se tratara de un partido de calle donde amigos y conocidos se juntan y adivinan como jugará el otro.
Así fue el transitar de toda la segunda parte, con Messi deambulando, intentando alguna pero sin generar ninguna pared de las poca que tocaba. Higuain entró por el Kun Aguero en una sustitución que el fanático mpas entendido no entendió y Sampaoli no dio entrada a Pavón, un pibe que la rompió viniendo del banco en el primer partido y que por alguna razón el técnico argentino no le dio la gana colocar desde el inicio como todo apuntaba en su supuesta revolución táctica para enfrentar a Croacia.
Ya en Argentina piden la cabeza del técnico, y no les falta razón. No solo quedan a punto de eliminación, sino que además lo hacen de una forma que no lo merece el fútbol argentino (o tal vez si). Si no se dan los resultados casi milagrosos de Islandia y Nigeria para que trasciendan, Sampaoli debe estar entregando su cargo incluso antes de emprender el viaje de vuelta desde Rusia.
Toca a los argentinos ligar que Nigeria gane a Islandia (si es por goleada mejor), luego que Islandia no le gane a Croacia que ya está clasificada, y entonces allí si pudiera servirles una victoria sobre Nigeria.
Una cosa es que Argentina no fuera como favorita, distinto es que la mano de Sampaoli haya terminado de enterrar una generación de grandes futbolistas, exitosos en sus clubes, pero sin lograr figurar en la Selección que más les duele.
Imagen de tomada de El Comercio, Perú