Dinamarca y Francia empataron sin goles en un partido de esos que desmerecen la condición de un país mundialista. Con la clasificación asegurada, Dinamarca en el segundo tiempo decidió abandonar cualquier oportunidad de desgaste y simplemente dejaron de jugar.
Le cedieron la pelota a Francia y cuando la tenían casi ni salían de su campo recibiendo sonados silbatos de un público rabiosos que pagó por ver un partido, pero se consiguió con la verguenza ajena de un equipo danés que se conformó con lo obtenido.
Francia generó oportunidades en la primera parte y debió llevarse el partido, pero ante la actitud de su rival, terminó entrando en esa zona de confort para cerrar un partido para el olvido. Además ya saben que de pasar Argentina, será su rival en octavos de final.