Tras la suspensión del partido programado a jugarse en Jerusalen, entre Israel y Argentina, se han prendido muchas discusiones, algunas con cierto sentido, otras que rayan en lo absurdo.
Y en esa línea de lo absurdo entra la Federación de Fútbol de Israel que adelanta acciones para exigirle a la FIFA que suspenda a Argentina de toda competencia internacional por «discriminación religiosa».
El reclamo viene dado por la forma como la AFA anunció la suspensión del compromiso pautado hace dos meses, sin tomar en cuenta las razones que hicieron a la asociación argentina tomar esa decisión.
Messi y su familia fue amenazado por grupos terroristas si jugaban ese encuentro. La plantilla se solidarizó con el capitán y fueron los jugadores los que tomaron la decisión de no prestarse para el amistoso. Tapia, presidente de la AFA, dio la cara y asumió la responsabilidad de la mejor manera en declaración a los medios.
La Federación de Israel podría considerarse que comete un segundo error, primero plantear el partido en una zona conflictiva, segundo no entender las razones claras de la suspensión que para nada obedecen a una discriminación religiosa, sino todo lo contrario. Inclusive los presidentes de ambos países trataron el asunto de buenas formas al pasar este de ser un simple partido amistoso a un tema de Estados.
La denuncia con toda seguridad no prosperará, los hechos son claros y la rabieta de quienes montaron el partido deberá desviarse hacia una acción más sensata que puede ser plantear el mismo amistoso, pero en otro lugar y en otro momento.
Como es sabido, desde hace meses el ISIS amenaza al Mundial de Rusia 2018, inclusive han publicado imágenes directamente alusivas a los cracks Messi y Cristiano señalándolos como sus futuras víctimas en Rusia.
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