Como un gigante aparecía Alemania como campeón mundial ante México, un equipo que ha padecido la crítica máxima de parte de la prensa de ese país a pesar de hacer la mejor clasificación en su historia.
Cachetada para los incrédulos en México de parte de Juan Carlos Osorio, un técnico asediado por los medios por casi dos años y que con una táctica implacable, combinado con la actitud de sus jugadores, se conjugaron para vencer al Goliat que todos creían invencibles.
Desde el primer minuto México presionó a los germanos desde la salida, incomodándolos en cada centímetro del terreno de juego y con llegadas muy peligrosas que increíblemente no lograron concretar.
Por su parte Alemania iba por los suyo también, sin dejar que la actitud y verticalidad mexicana los sorprendiera o les hiciera mella en su siempre temple de acero.
Pero México fue más, tuvo ese plus de los que quieren demostrar, y más allá de ser superior o no en el papel, con lo que tienen supieron superar a una máquina y luego aguantar la embestida de una bestia sorprendida.
Victoria inapelable e histórica de México sobre Alemania en un épico partido, el mejor de lo que va de torneo hasta ahora en un Mundial que ha sorprendido por partidos abiertos y ofensivos en la primera jornada de cada grupo.