El gobierno chino enfrentó un problema ambiental que se acumula año tras año por las distintas excursiones que se realizan en el Everest, la zona más alta del Planeta.
20 minutos reporta que además ya se han recogido más de 8.5 toneladas de basura generada por el ser humano, siempre destructor de su propio paisaje.
Las autoridades chinas se han puesto manos a la obra en un problema acuciante a 8.850 metros de altura, en el monte Everest: la creciente cantidad de basura, y sobre todo de excrementos humanos. Un equipo ya ha retirado desde abril pasado 8,5 toneladas de residuos, de las cuales 2,3 toneladas eran heces dejadas por intrépidos expedicionarios.
Ya desde hace tiempo las autoridades de Nepal y China venían advirtiendo de los peligros de la basura en la montaña más alta del mundo, cada vez más visitada. Tan solo durante la última temporada de ascenso, que va de marzo a mayo, subieron 202 escaladores por el lado tibetano y 446 desde el nepalí. además de los miles de turistas que suelen visitar los campamentos base.
En 2015 la Asociación de Montañismo de Nepal se había quejado de que la caca y la orina dejada por los escaladores representaba «no solo son un problema ambiental y estético, si no que también pueden causar riesgos reales para la salud tanto de los montañistas como de las comunidades que se encuentran aguas abajo de las zonas de escalada».
Caca ‘descongelada’
Ahora, el calentamiento global ha vuelto realidad esos temores, descongelando montones de residuos acumulados durante décadas. La estrategia de limpieza no era problema baladí, tomando en cuenta que a tal altura el oxígeno comienza a escasear, teniendo los limpiadores los mismos problemas que los escaladores. Pero China ha logrado reclutar a una cuadrilla de 30 personas que hasta el momento han retirado ocho y media toneladas de basura, de acuerdo con el diario oficial chino Global Times.
El equipo ha logrado bajar de las alturas 5,2 toneladas de basura, que incluye botellas de oxígeno, tanques de gasolina y tiendas de campaña. Las autoridades también han obligado a los excursionistas a hacerse cargo del problema. Desde 2015, Tíbet proporciona a cada escalador dos bolsas de basura con 8 kilos de capacidad. Por cada kilo de menos que la bolsa pese al regreso, imponen una multa del equivalente a 85 euros. China, por su parte, planea la construcción de recolectores de excrementos en lo alto de la montaña, unas instalaciones que serán respetuosas con el medio ambiente.