Rusia pareció una aplanadora frente a Arabia Saudita, y no por el poderío local, sino por las falencias de una Arabia que no presenta nivel competitivo para este torneo.
Partido lento, espeso, sin emociones hasta que llegaron los goles. Primero a cuenta gotas, luego uno tras otros mientras los árabes bajaban más los hombros.
Victoria cómoda para los anfitriones que les invita a soñar con un pase a octavos de final a los cuales parece no estar invitados habida cuenta de sus otros rivales, Egipto y Uruguay que en la teoría lucen superiores.
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